jueves, 29 de agosto de 2013

Insomne (Verso blanco)


Insomne

Mi mente es una bestia que no sueña.

Pienso en ti, perla aprisionada,
como una risa que acallara el tiempo.

Por las calles sin nombre de la noche,
los rostros al igual que el agua
se enturbian con un halo desbordante,
marejadas de signos desgastados
se ocultan en las sombras y en el polvo.

La ciudad sólo calla.
Mil astros desgranados 
sollozan sobre el pecho de los dioses.

¡Gitana de mis versos, luna ausente
de mis cielos oscuros
que las nubes desdoblan como un canto!

Dime:
¿De dónde surge el escorpión insomne
que a mi sueño envenena
y hace bullir mi sangre como un abrevadero?

¿Qué misterios ocultan las aceras
donde tu tibia sombra se alarga al infinito?


martes, 27 de agosto de 2013

La araña (Soneto)


La araña

¡Oh, virtuosa hiladora entre doncellas,
en tus patas el pincho enardecido,
teje y reteje un diáfano vestido,
mientras calmas el hambre y sus querellas!

Tus fibras rivalizan con centellas,
en tu embrollo la noche se ha perdido, 
el viento es un acróbata bebido,
el tiempo corre al margen de tus huellas.

Tu bonanza vendrá con la mañana,
tu sosiego será recompensado
en la espiral etérea de tu rosca. 

Acudirás cual viuda parroquiana
a devorar el cuerpo embalsamado
de una desfalleciente y torpe mosca.



lunes, 26 de agosto de 2013

La casa en ruinas (Soneto)


La casa en ruinas

Nostálgico, recuerdo tu postura, 
la hiedra montaraz que te ceñía,
tu herrumbrosa y gastada anatomía,
los graffitis escritos con premura.

Recuerdo, inmemorial tu arquitectura,
el viento que a sus anchas se mecía,
la voz de tu entresijo que crujía,
tu calma tan perenne y tan oscura.

Nada queda, descanso en el camino…
¿Dónde están tus arañas residentes?
¿Dónde tus sabandijas ladronzuelas?

Implacable es el tiempo y el destino…
¿Dónde fueron tus sombras confidentes?
¿A dónde tus fantasmas centinelas?



La despedida (Soneto)


La despedida

Con el puñal dentro del pecho herido
y el corazón sangrando en mar abierto,
desconsolado sueño que despierto
en otro sueño sin haber dormido.

La vida se me va en cada latido.
Me voy, me voy; me marcho. Todo es cierto…
y si alguien te dijera que estoy muerto,
sepúltame en el tiempo y el olvido.

¡Qué nada, nada turbe tu postura!
Las ebrias olas borrarán las huellas
que mi paso moldeo en los alcores.

Entonces mirarás, con amargura,
en el cielo brillar nuevas estrellas
y otras tristes que apagan sus fulgores.

Prefiero un corazón... (Soneto)


Prefiero un corazón...

¿Para qué quiero un corazón maltrecho
que del suelo temblando se incorpore
y que cual ave triste, gima y llore,
apresado en la jaula de mi pecho?

¿Con qué razón, con qué banal derecho,
lo retengo convulso sin que aflore,
sin que no olvide, sin querer que ignore
el sabor de la afrenta y el despecho?

¿Para qué quiero el ánimo abatido,
la desazón, las ilusiones rotas,
ante un vigía parco y denigrante?

Prefiero un corazón enardecido
que a pesar de sus fallos y derrotas
aun con mayores bríos se levante.