domingo, 10 de mayo de 2015

Ni un sólo instante (Soneto)



Ni un sólo instante...

Ya nada es mío... ni estas manos mías.
Cada vez que doliente me incorporo,
advierto que mi alma con azoro
también se fue al mirar cuando partías.

Perennes son mis noches y mis días,
mucho es lo que padezco, lo que lloro,
la vida se me va por cada poro,
mi carne se consume en agonías.

¡Cuánto te extraño!, ¡cuánto, amor, te extraño!
Aunque las horas pasen sin sentido
y transcurran los meses, año a año.

Aunque traiga la muerte su estandarte
y me lleve a las huestes del olvido.
¡Ni un solo instante dejaré de amarte!