jueves, 30 de julio de 2015

Me dicen que la poesía ya no vende


Me dicen que la poesía ya no vende

Me lo dicen en la librería de aquí, de allá.
Me lo dice la chica del mostrador.
Me lo dice un plomizo dependiente.
Me lo dice un  aburrido subordinado.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que los poemarios, los libros de poesía,
han quedado relegados en un rincón
como hinchados cadáveres de un holocausto,
como desechos nucleares de una guerra pasada.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que sólo los poetas buscan libros de poetas.
Que sólo los poetas a los poetas leen.
Que los poetas somos necios e impertinentes.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que la poesía en el papel
tuvo, como la leche, una fecha de caducidad,
tuvo, como mi abuelo, una austera inhumación.
Me dicen que lo de hoy, lo de ahora,
son los best sellers, los top ten,
las novelas que se hicieron película,
las películas que se harán novela.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Y a mí me vale un pito.
Compró todos aquellos polvosos libros
y sonrío con la sonrisa de un caníbal.