martes, 19 de agosto de 2014

De los pies a la cabeza (Soneto)


De los pies a la cabeza

Desde tu pelo de fugaz estrella,
tu frente de nereida entronizada,
tus ojos con su angélica mirada,
hasta tu boca de sabor grosella.

Desde tu cuello de sutil doncella,
tus senos de soberbia y blanca hada,
tu cintura de esfinge cincelada,
hasta tus pies sin mácula o querella.

Con la pasión que rige el pensamiento,
con los humildes versos de mi ser
y letras de romántica entereza.

Te lo digo con todo sentimiento,
te lo confirmo, cándida mujer:
te amo de los pies a la cabeza.



A mi Madre (Soneto)


A mi Madre

Madre, geometría de la vida,
perfecto círculo de astral belleza,
sólo en ti quiso la naturaleza,
resguardar su oro y su riqueza ardida.

Madre, boyante huerta florecida,
remanso inagotable de terneza,
dueña del fuego de la sutileza,
dueña del agua de la bienvenida.

Tus ojos en mis ojos ya reflejas.
Inquieta mi alma de tu pecho bebe.
¡Olvida al mundo y toda su impiedad!

Tu amor es un panal de mil abejas,
el candor que derrite toda nieve,
mi blanca luz, mi vasta eternidad.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Oscuro amaneció... (Soneto)


Oscuro amaneció...

Oscuro amaneció sin ti mi lecho,
el arca de mi luz quedó vacía;
al transcurrir el tiempo todavía
oigo un funesto réquiem en mi pecho.

¡Ah, cuántas noches bajo el mismo techo,
mientras sólo el amor nos consumía,
entonces yo era tuyo y tú eras mía
como dos fieros tigres al acecho!

Lo vivido al olvido se resiste,
al haberte tenido y no tenerte
sólo me quedan lágrimas y llanto.

Es así que la pena aún subsiste.
¡Tan poco pude hacer por retenerte!
¡Cómo te extraño, amor! ¡Te extraño tanto!


Difícil es decir adiós… (Soneto)


Difícil es decir adiós…

Difícil es decir adiós… ¡Oh, vida!,
¿acaso no lo sabes, no lo intuyes?
¿Por qué en un último arrebato huyes
y me dejas el alma dolorida?

Nada queda después de tu partida,
¿acaso no lo piensas, no lo arguyes?
Ni las estrellas, astros o cocuyes,
alumbrarán mi cara entristecida.

Difícil es decir adiós… lo sé.
¡Ay qué frágiles somos, niña mía!
¡Ay, sí que somos frágiles los dos!

Poco importa el motivo o el porqué.
Y aunque te quiera y ame todavía,
te digo adiós, amor, amor… adiós.



lunes, 4 de agosto de 2014

La despedida de los amantes (Soneto)



La despedida de los amantes

Tal vez perdure sórdida la diana,
glacial y agudo el viento lastimero,
el sincopado y tórrido aguacero,
el mismo albor sobre la tierra grana.

Tal vez persista triste esta mañana
y eterno sea el eco postrimero
al verte caminar por el sendero
y te confundas más y más lejana.

No olvides recordar lo que vivimos,
los límpidos y diáfanos instantes,
mientras el corazón no tuvo dueños

más que sólo el amor de lo que fuimos:
amigos, novios, cómplices, amantes,
insaciables de amarse hasta en los sueños.



En la penumbra... (Verso blanco)


En la penumbra...

En la penumbra, daga de mil hojas,
distanciado del sueño me descubro,
ausente de la vida me reencuentro.
Y sólo soy yo, soy yo solo,
como el gusano que devora al fruto
con la ciega torpeza del hambre y el instinto,
con la triste piedad
de un espejo cubierto por el polvo.

De ningún tiempo son las horas
ni son las sombras de ninguna carne.
Entre los densos grumos de los cipreses,
siendo ingrávidas flores de abandono,
los purpúreos cuervos
guardan la eternidad bajo sus alas.

¡Oh pálido tu rostro! ¡Oh trémulos tus labios!
Mientras duermes… tus sueños son la muerte.
La muerte que despierta y entreabre sus ojos
para entregarte desnuda 
a los lóbregos brazos de la noche.

En la silente calma de la alcoba:
mana la roja sangre de tu piel de cristal, 
todos los dioses maman de tus pechos,
las estrellas cual hombres se postran a tus pies.





Algo se fue contigo y tu partida... (Soneto)


Algo se fue contigo y tu partida...

Algo se fue contigo y tu partida,
cual si una estrella abandonara el cielo,
dejándome un oscuro desconsuelo
y la orfandad del alma enceguecida.

Algo se fue en la seca arremetida
de las horas y el tiempo en fiero duelo
como si separaran con recelo,
carne y huesos y sangre de mi vida.

¿A dónde va el amor?, ¿a dónde va?
Quizá como las olas a otro puerto
o como las palomas a otro nido.

¿A dónde va el amor?, ¿a dónde irá?
Quizá como la arena hacia el desierto.
Simplemente se va, se va… se ha ido.