El maquinista
El mundo rueda frío e
impaciente
como una súbita
locomotora,
el tiempo es la
caldera que devora
toda la gracia humana
lentamente.
Una silueta vaga por
el puente,
su derrengado paso rememora
cuando la rueda en
cada riel aflora
y la carga hace mella
en el durmiente.
Un silbatazo montaraz
perdura
convidando a un sombrío
pajarraco
a imitar su espectral cacofonía.
¿Quién no pondrá una
cara de amargura
al encontrarlo, miserable
y flaco,
caminando de noche por
la vía?
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