martes, 25 de febrero de 2014

Eres como el desayuno (Verso libre)


Eres como el desayuno

Suena el despertador y salto como un gato.
Un gato que se despierta amodorrado
después de una noche de incesante cópula.

Por la diafanidad de la ventana
la luz entra de puntillas como un bandido.
El viento trae el bullicio de la ciudad
que brama como un toro sulfurado.
El día se abre paso entre los hombres
siendo un titán que blande su gran espada.

Amada, eres como el desayuno.
Tu cuerpo desnudo, medio cubierto por las sábanas,
nutre mi vida y alimenta mi existencia:
en tus ojos está el café que hierve,
en tus pechos las tostadas acarameladas,
en tu sexo el pan recién horneado.

Me visto, me cepillo los dientes,
me anudo la corbata, cojo el maletín.
Me despido con un beso alado
que, por cielos invisibles e imaginarios,
llega a morir como un ave en tu boca.

En esta época de vértigo y desgreño
donde la vida se mide en bits por segundo.
¡No hay nada mejor… nada mejor
que salir con el estómago vacío
y el corazón de felicidad lleno!


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