martes, 11 de marzo de 2014

Deporte extremo (Verso libre)


Deporte extremo

Me dicen que debo practicar un deporte extremo.
Dicen que debo experimentar la sensación
que se produce al lanzarse en paracaídas,
al escalar una montaña,
al descender un rápido en kayak
o al vestir de rojo en una encerrona.

Me dicen que debo practicar un deporte extremo.
Y sentir correr la adrenalina por las venas
y la vida pender del hilo de una araña.
Me dicen que es bueno para romper cadenas espirituales,
abrir puntos energéticos y algunas chorradas más.

Me dicen que aunque sea sólo una vez en la vida
debería hacerlo.
Y yo les digo que desde hace algunos años practico uno.
Que no requiero de casco ni de tanque de oxígeno
o de otros aditamentos sofisticados.
Que sólo necesito encender el ordenador,
acomodarme en mi viejo y raído sofá
y tener a la mano una taza de amargo café.

La poesía es un deporte extremo.
Al escribirla cualquier miedo se diluye,
la sensación del tiempo se esfuma
y también, entre otras cosas, se juega la vida.
Un poeta siempre se juega la vida
al querer plasmarlo todo sin ser nada.



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