jueves, 17 de julio de 2014

Nocturno de la mirada (Soneto)


Nocturno de la mirada

Contemplando los astros en el cielo,
bajo la fría noche despoblada,
con sed eterna, turbia la mirada,
busca secar las aguas del consuelo.

Cansadas las pupilas de recelo,
con el dolor y la tristeza en riada,
no encuentran más que carne lacerada
por la sombra del tiempo y su flagelo.

Nada saben las lágrimas del mar
ni sabe el hombre lo que el hombre hilvana;
nada los vivos del que yace muerto.


Nada saben los ojos del lugar
donde la oscuridad de luz se ufana.
Yo no sé nada... nada sé de cierto.


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