Abatimiento
Bajo
la luz pajiza que da la luna llena,
al
eco de mis pasos, al ulular del viento,
la
ciudad me cobija en pleno abatimiento
y
se prenda la noche de mi carne morena.
Hay
un mar en mi pecho y nada lo serena.
El
amor vaga, huye, con impulso violento
por
calles y callejas de un suelo polvoriento
cual
potro desbocado que agita su melena.
Como
una hoja en blanco es lo que soy y he sido,
como
un río sin cauce traspone mi alma oscura
en
el frío silencio su azul melancolía.
¡Ay
de quienes despiertan en un mundo dormido!
¡Ay
de quienes insomnes caminan con locura
y
regurgitan versos de triste poesía!
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