lunes, 30 de septiembre de 2013

El patio negro (Verso libre)


El patio negro

La tarde inunda el patio negro.
Fresca se muestra la melancolía
entre muros de presagios sofocados.
Se abre un cielo impoluto
que dialoga con anónimos fantasmas
(esfinges de un presente diurno
mirando las sombras distantes).

Los pájaros que se van, que huyen,
son los tiestos en las ruinas:
pensamientos tan dispersos y separados
como antiguas y jadeantes inquietudes.

Una concubina errante es el sol.
Sumerge en un acuario de estatuas
a la cenicienta soledad del mundo,
funde a la máscara de la promesa
en el pálido y turbio rostro de nadie.

Nada vuelve. Nada regresa.
Todo permanece igual, simple e igual.
Excepto, nosotros: las hojas sin árbol
que sólo el viento arremolina.


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