lunes, 2 de junio de 2014

Cenzontles (Verso libre)


Cenzontles

Desde hace años y cada mañana,
los cenzontles de mi pecho se sueltan 
y hacia el balcón de tu oído van. 

Su canto de vuelta viene 
y de vuelta regresa, una y otra y otra vez.
Sus picos se han convertido 
en un volcán de lágrimas, 
en el yacimiento y el pálpito del sollozo, 
en los clavos que clavan la pena.
Sus plumas son el henequén
que ciñe la albura azul de la nostalgia,
la premura a sal de la melancolía,
las campanas nupciales de la tristeza.
Sus alas son una casa deshabitada,
los pasos que desandan el camino,
los retratos carcomidos y por carcomerse,
mirándose a ciegas.

Sus cuerpos son el fruto de la noche: 
hijos míos e hijos tuyos.
Hijos nuestros y de nuestras ateridas sombras,
heridos por infinitas azagayas de soledad.


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